miércoles, 24 de diciembre de 2014

-Y entre tanto quilombo, entre luces que van directo a los ojos como una especie de láser hipnótico, yo estaba en otro mundo. No sé bien dónde. Era como una especie de burbuja, estaba ahí pero a la vez no. Lo único que sabía es que no estaba sola. Mi mente se puso en blanco y fue como si mi cabeza se hubiese transformado en un reproductor de música, y escuchaba Invincible. Sonaba Invincible a todo volumen. Qué se yo.
-Turbio.

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