lunes, 13 de junio de 2011

No leemos y escribimos poesía porque es linda. Leemos y escribimos poesía porque somos parte de la raza humana, y la raza humana está llena de pasión. Medicina, leyes, negocios, ingeniería; son búsquedas nobles y necesarias para sostener la vida. Pero la poesía, belleza, romance, amor; estas son las razones por las que nos mantenemos vivos

sábado, 11 de junio de 2011

Hablaba de lo bueno que puede ser tener fe y no tener religión

Bueno, creo que el título resume bastante bien el tema del que voy a hablar: la religión. Porque muchas veces, se utiliza a la fe como la "fe en dios", y quien no es de ninguna religión, "no tiene fe". Eso es algo totalmente ridículo, ya que la fe no es sólo la de un Dios, sino también la esperanza en algo, en alguien. La fe, es lo que nos hace actuar para conseguir lo que queremos, lo que nos hace realmente confiar en que algo va a pasar.

Por otro lado, creo que las religiones son las causas de muchas de las discordias en este mundo.El problema, en realidad, no son las religiones, sino el poco respeto que hay entre ellas. Porque cada uno es libre de pensar como quiera, pero no puede imponerle al otro a quién o en qué tiene que creer.

Ya desde la Edad Media, la iglesia beneficiaba a los más ricos, contradiciéndose así con el planteo de Jesús, que buscaba la igualdad entre los hombres. Justificaban, también, las desigualdades sociales. Entonces, si ya desde esos tiempos la iglesia viene contradiciéndose con los propios principios de su "fundador", qué se puede esperar de ella en el presente? Quiero aclarar que esto no es una crítica a quienes creen en Jesus, Dios o quien carajo sea,  o a quienes realmente siguen lo que este tipo planteaban y están en real contacto con el pueblo, con el que menos tiene, con el que realmente todos los que "siguen el ejemplo de jesus" deberían estar. 

Creo que muchas veces se utiliza a la fe de las personas, a la confianza que pueden tener en un ser superior, para intereses personales. Cuando salen discursos nefastos desde la iglesia, cuando se cubren los crímenes más graves que nos tocó vivir a los argentinos, cuando, en defensa de su propio capital, usan el nombre de Jesús.

Por eso, creo que esta frase de La Vela, refleja justamente lo que estoy queriendo decir. Es muy importante que todos tengamos fe en algo, el alguien. Pero tal vez deberíamos replantearnos el rol de las religiones, que está  muy lejos de ortorgarnos algún tipo de crecimiento espritual.

miércoles, 8 de junio de 2011

El alma no está hecha para soportar
Verte llorar mi amor.

lunes, 6 de junio de 2011

Luciano, uno de los tantos nadies


Luciano  fue uno de los tantos argentinos que en 2001 sufrió la crisis. Creo poder decir que fue uno de los que más la sufrió.  Tuvo hambre, mucha hambre. Era realmente impresionante verlo,  ver a su  cuerpo frágil, lejos del hombre fuerte que siempre era.  
Allá por el 2006, cuando el país se encontraba en plena reconstrucción, me pidió que nos encontrásemos en un bar.  Yo cedí, porque creí que realmente nos debíamos una charla, quería ver cómo se encontraba él, si estaba mejor económica  y físicamente.  Nos habíamos distanciado en abril de 2002, tras una larga discusión. Recuerdo que Luciano, con su cuerpo tan flacucho, gritaba con odio “hijo de puta, vos laburás en un banco, vos formas parte de los que a mí me están cagando”. Yo trataba de hacerle entender que yo era tan sólo un empleado, y que realmente tenía las mismas ganas que él de ir a cagar a trompadas a un par de hijos de puta del lugar donde yo trabajaba.
Cuando nos encontramos, lo vi muchísimo mejor. Me recibió con un abrazo, y comenzó la charla pidiéndome perdón. “Tenía tanto hambre, boludo, me acuerdo que en lo único que pensaba era en si a la noche iba a comer algo, no me importaba nada más que eso. Veía a alguien que pudiese estar relacionado con un banco, o a algún político, e inmediatamente el cuerpo se me llenaba de ira.” Me impactó muchísimo lo que me dijo, y comenzamos a hablar sin más vueltas.
-Mirá, hermano, voy a ir al grano. Yo la pasé realmente mal  por esos años.  Y no quiero que todos los responsables de eso sigan caminando tranquilitos por la calle. Quiero encontrarme con ellos, decirles realmente lo que pasé, y ver su reacción,  y su defensa.  Seguramente en algún momento me encuentre con tipos como vos, que solamente hacían su trabajo. A esos tipos los voy a dejar libres.  Pero a los que no, a los que realmente fueron responsables de la miseria argentina, no les voy a dar ni un respiro. Voy a hacerlos cagar de hambre, hasta que su reloj de oro se les caiga de la muñeca. Lo que te voy a pedir, solamente, es que guardes este secreto.
Lo que Lucho me dijo realmente me impactó. No podía creer lo que me estaba diciendo. Por un lado, lo entendía, pero por otro no entraba en mi cabeza que un tipo de tanta bondad como es él, tal vez tuviese que quedar tras las rejas, tan sólo por sed de venganza.  Decidí callar, y seguir encontrándome con él periódicamente para analizar cómo estaba él, si seguía estando como siempre, o si se volvía más violento, más susceptible. Si esto pasaba, yo le aclaré que lo iba a denunciar, por más que fuera uno de mis grandes amigos.
Unos meses después del encuentro, me enteré por el noticiero que él ya había empezado el plan: habían encontrado a dos hombres con una delgadez impresionante, que daba muchísima impresión ver. Uno de ellos era diputado, ávido defensor de los recortes y el corralito. El otro, era  Fernidez, el gerente del banco en donde yo trabajaba. Debo confesar que se me dibujó una sonrisa, aunque me avergüenzo de haberlo hecho. Nunca voy a olvidar el día en que vino una mujer a reclamar por lo que era suyo, por su plata, y me dijo llorando desesperadamente que su hijo necesitaba una operación con suma urgencia. Se lo comuniqué a mi gerente, y éste respondió “y bueno, yo necesito guita para un nuevo auto, que querés que te diga, viejo” fue tanta la ira que me provocó, que tuvo que venir un compañero mío a separarnos, porque yo ya lo quería cagar a trompadas. Le di la plata que tenía en el bolsillo a la mujer, y le dije “disculpe, esto es lo único que puedo hacer. Lamentablemente hay mucho hijo de puta dando vuelta”
Decidí encontrarme con mi amigo, para ver cómo estaba  y si seguía siendo el mismo tipo que antes. Nos juntamos en el mismo bar que la otra vez, y empezamos a hablar. Me contó con lujo de detalles cómo había sido todo: encontró al diputado en su lujosa casa viendo un informativo amarillista (como debe ser, pues necesitan alguien que les dé letra) y en cuanto empezaron a hablar, el tipo se disculpó, le rogó de rodillas que no haga nada. Por un momento tuvo piedad de él, pero inmediatamente se le vino la imagen a la cabeza de aquella tarde en donde, cuando pasó por un negocio de electrodomésticos, vio por una de las teles en venta las declaraciones de este diputado. “te juro que le pegue una piña tan fuerte, que tuve miedo de que el tipo haya muerto en ese momento”, me dijo.
Con Fernidez, la cosa fue distinta. Lo encontró paseando con su auto, probablemente el que años atrás me había dicho que se tenía que comprar.  Lucho lo encaró sin vueltas, y el tipo no sólo que se hizo el boludo, sino que también terminó burlándose de él. Ni bien mi amigo le levantó la mano, el tipo se  cagó en las patas. Le rogaba piedad, le pedía que no le haga nada. Luciano lo tuvo encerrado unos días, sin darle nada para comer ni para tomar. Luego de mucha agonía, Fernídez murió.
Vi a  Luciano  igual que siempre, tal vez un tanto más paranoico, pero es lógico luego de haber cometido dos asesinatos.  Me informé bastante sobre el caso, y al parecer todavía no se tenía ninguna pista sobre el asesino. Cuando le conté esto , se tranquilizó un poco más. Acordamos volver a encontrarnos en cuanto avance con su plan de venganza.
Tres o cuatro meses después, se encontraron a 4 víctimas más. Me sorprendió mucho el número, no pensé que  Luciano  se arriesgaría a tener en cautiverio a 4 personas a la vez. Por la información que recibí, las víctimas eran 2 diputados más, un senador y un juez. Ni siquiera fue necesario escuchar el nombre del juez para saber quién era la víctima. Héctor Rodríguez, reconocido y prestigioso juez. Fue quien declaró la casa de Lucho oficialmente en remate. Recuerdo ese día como si fuera ayer. Hacía varios meses que la familia de mi amigo no estaba pagando los impuestos, ya que su madre y su padre habían quedado a la deriva en una Argentina cada vez más golpeada.
Ese día fue realmente angustiante. Toda la familia lloraba muchísimo. Yo le ofrecí a  Luciano  mi casa, pero él rechazó la propuesta. Al poco tiempo, mediante varios recursos en la Justicia, la familia de él consiguió un espacio para vivir, pero es claro que mi amigo nunca se olvidó del nombre de aquel tipo que lo dejó en la calle.
Ni bien apagué el televisor, recibí un mensaje de texto:
-Nos juntamos en el mismo bar de siempre. Es urgente.
Me  alarmó muchísimo el mensaje, así que me dirigí de inmediato al bar. Encontré a un hombre devastado, más paranoico que antes, realmente no parecía él.
-Las cosas se están poniendo jodidas. Parece que ese gerente de mierda se movía con tipos pesados, que están buscando venganza. No sé cómo carajo hicieron para encontrarme, pero hace varios días que siento que hay alguien que me sigue. 
-Que tenés pensado hacer? -Pregunté esto pensando que se iba a dar por vencido, pero me sorprendió su respuesta-
-Esto no se termina acá. Yo no voy a parar hasta que todos los hijos de puta que me hicieron cagar de hambre sientan lo mismo que sentí yo. Te voy a dar la lista que preparé desde un principio. Como te imaginarás, ya están tachadas 7 personas. Queda sólo una. Te necesito, amigo.
-¡¿Vos estás en pedo?!  Yo no quiero caer en cana boludo, esto es algo que vos quisiste hacer, y ya es suficiente con que yo haya guardado el secreto. No voy a hacer nada de lo que después me arrepienta.
-Esto es algo que no me incluye sólo a mí, incluye a un país. Y yo no voy a parar hasta que el que me falta esté muerto y sufra lo que sufrí yo. Te pido por favor, pensá en todo lo que pasaste conmigo. Te acordás de ese gerente hijo de puta? Te acordás lo que te dijo, siendo insensible ante una mujer desesperada? Te acordás de ese juez que me dejó en la calle?
-Y yo te acompañé en eso, pero ahora ya está, ya cumpliste con tu plan de venganza.


Nos quedamos en silencio un rato.


- A ver, dame la lista.
Me dio la lista. Estaban tachados ya 7 nombres, y quedaba una última víctima. Me sorprendí muchísimo al leer el nombre que quedaba en la lista. Era un importante dueño de una cadena de empresas multinacionales. Deseos de hacerlo mierda no me faltaban.
-Está bien, lo voy a hacer. Pero la única condición que voy a poner es la siguiente: voy a actuar cuando reciba alguna noticia sobre vos. Si caés en cana, lo mato. Si te tengo que ir a reconocer a la morgue, lo hago mierda.
-Acepto la condición. Acá tenés un papel. Leelo sólo cuando estés por actuar. Gracias, estaré eternamente agradecido, hermano.

Así nos despedimos. Pasaron dos meses, hasta que un día frío y de lluvia, recibí la peor noticia que uno puede recibir de su amigo. Me llamaron, y tuve que ir a reconocerlo. Ahí estaba él, sin la fuerza que tenía siempre. Creo que eso fue lo que más me golpeó.
Definitivamente, me decidí a terminar lo que Lucho tendría que haber terminado hace tiempo. Abrí el papel, y encontré ahí una serie de condiciones para que el método de desnutrición de la víctima sea más efectivo. Fui a buscar al hijo de puta a su enorme empresa. No fue difícil atraparlo y llevarlo hasta la casa que se ubicaba en la dirección adjunta en el papel que mi amigo, ya por mí considerado un revolucionario, me había dejado.
Pasaron 10 días, y el tipo murió. Ese tipo, fue uno de los grandes responsables de la miseria de Lucho . Las multinacionales y su maldita vehemencia.
 Ahora, estoy en España, lugar adonde muchos pibes con historias como la de Lucho vinieron buscando amparo. Buscando una vida digna.  Y hoy, lo reconozco como uno de mis grandes amigos, como uno de mis grandes héroes, como un revolucionario.  Que no figura en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies cuestan menos que la bala que los mata.