sábado, 27 de diciembre de 2014

ilusión de impulso
impulso ilusorio

no sos impulso
sos la ilusión de

miércoles, 24 de diciembre de 2014

-Y entre tanto quilombo, entre luces que van directo a los ojos como una especie de láser hipnótico, yo estaba en otro mundo. No sé bien dónde. Era como una especie de burbuja, estaba ahí pero a la vez no. Lo único que sabía es que no estaba sola. Mi mente se puso en blanco y fue como si mi cabeza se hubiese transformado en un reproductor de música, y escuchaba Invincible. Sonaba Invincible a todo volumen. Qué se yo.
-Turbio.

lunes, 15 de diciembre de 2014

por eso vuelo subido a la imaginación

-no sé, no entiendo bien de qué va eso
-no pensaste que tal vez el problema resida en eso?
-en qué?
-en buscar entender todo. En buscar entender cosas ajenas a vos, que escapan a lo que vos podés llegar a saber
-meh
-qué?
-no quiero pensar más, no quiero buscar entender todo
-no hay fin, siempre hay más
-eso ni yo lo quiero saber 

hoy escribí en el bondi

Veo desconocidos en la calle
Y pienso en 

La risa del beso
el beso de la risa

El oxígeno del abrazo
Abrazoxígeno. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

-2012 fue "Pei Pa Koa". 2013, "No nada". 
-¿Y 2014?
-"¡Qué mala suerte!"
-Notable mejoría
-Total normalidad. 
-Tal vez sea cierto. 

jueves, 4 de diciembre de 2014

-I think our lives have just begun.-

miércoles, 3 de diciembre de 2014

ya me convencí de que existís

Salir a caminar alguna vez por el centro a la noche y perdernos por ahí. Ir a ningún lado. Ir a recitales. Muchos. Conocer nuevas bandas. Hablar. Pero hablar en serio, eh. No de banalidades. Plantear opiniones sobre temas en serio. Decilo. Aunque me tengas que decir que son todos unos negros de mierda y que hay que matarlos uno por uno y que ahí me dé cuenta de que sos todo lo que está mal y no quiero nada más con vos y nazi de mierda salí de acá adiós para siempre.

Caminar por el Parque. Digo "Parque" en mayúscula porque es el mío, me pertenece pero sé prestarlo. Despertarnos un domingo a cualquier hora y que no importe nada, que no te tengas que ir a ningún lado. Que nos quedemos ahí. En la nada. En el todo.

Que entiendas que tengo formas raras de decir lo que me pasa, pero al fin y a cabo todos las tenemos, el denominador común es eso. Que te resulte tierno como me vuelvo loca con cualquier asunto banal sólo porque me parece divertido quejarse. Que te rías de mis chistes horribles porque es una de las maneras que encuentro de relacionarme con la gente. Que entiendas que lo anterior sólo es una excusa porque el motivo real es que soy una gorda de mierda y me encanta ver a la gente reír (ver-té). Que sepas que soy tímida pero hasta ahí. Que me recomiendes libros sabiendo de antemano que me van a gustar.

Que aparezcas.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Fue necesaria tanta sombra para hacerme cargo de mi luz

Domingo 23 de noviembre. Suena Lisandro Aristimuño. Y pienso. Primero pienso en qué escribir. Después me cuelgo mirando los jacarandás en algún cordón de Pch. Pena me dio no verte sacarle la soga a la muerte. Hay jipis haciendo tela. No sé por qué relacioné las dos frases anteriores. Estoy resfriada. Muy. Pensaba ponerme a escribir un balance de fin de año pero me colgué hablando de otra cosa. Todo se hunde en la noche.

Basta, volvé. Ibas a escribir un balance. En mi cabeza tenía varias oraciones sueltas sin mucha conexión entre sí, así que voy a empezar a escribirlo así.

Fui a recitales. Empecé a tocar el bajo. Viajé. Conocí gente nueva. Mucha. Creo que esta es una de las cosas que más me gustó. Empecé a salir más. Abandoné cosas de mierda. Me dieron de alta en terapia -cualquier relación entre esta oración y la anterior no es pura coincidencia.- Leí. Hice más canciones. Conocí más bandas. Mas autores. Me abrí más a la hora de escribir canciones -obvio que igual no se las mostré a nadie.- Me compraron una bici. Estuve meses jodiendo para tenerla, y una vez que la conseguí, la usé re poco. La histeria. Mi bicicleta cantándome Vienes y te vas. Tu vieja.

Fui a ver a coiffeur. Dos veces. Vi a Leo García en vivo. Cumplí parte de mi deseo de hacer algo a partir de Cromañón (entiéndase: parte de...)

Cambié. Este año creo que es uno de los que más cambié. Me refiero, por ejemplo, a comparar cosas que pasaban y pensaba en enero-marzo y cosas que pienso ahora. Encontré gente que me despertó a los golpes de muchas cosas. Y fue una de las mejores cosas que me pasó.

Crecí. Un montón. Mucho más que otros años. Y eso está buenísimo.

martes, 28 de octubre de 2014

-Es de manual
-¿Sabés qué pasa? el otro día me di cuenta que todos somos un poco de manual. El tema es que algunas personas son ese manual de instrucciones que empezás a leer y dejás en el segundo párrafo, y lo dejás tirado por ahí. Pero cuando tenés un problema en serio y lo buscás, no aparece más. Y te querés matar porque sabés que si le hubieras dedicado un poco de tiempo a leerlo y entenderlo no estarías complicándote tanto la existencia.
-Sí, todos somos un poco de manual. Qué paja los manuales de instrucciones.

lunes, 22 de septiembre de 2014

esto iba a ser canción pero me dio paja rimar

¿Qué es lo que hizo que esto sea así?
Casi como un efecto de magnetismo
Casi como una ola irreversible
Me dejo llevar

¿A dónde? ¿A la nada? ¿Al todo?
¿En algún momento hubo algo? 

No creo en el destino, definitivamente
Pero ya no entiendo si son casualidades o si simplemente hay cosas destinadas a no ser

Ausencias que nunca fueron presencias que nunca fueron ausencias que nunca fueron presencias

que
nunca
fueron. 

viernes, 29 de agosto de 2014

-y creo que borré muy pocas entradas, para en unos años volver y ver todo lo que cambié. Porque cambiar es hermoso. Lo que permanece siempre igual...

estoy buscando una palabra

Madurar es dejar de usar el blog como diario íntimo. Creo. No. En realidad el hecho de que escriba menos en este blog -o escriba cosas menos dirigidas, puede ser- es porque aprendí. A simbolizar. Porque en un momento no paraba de escribir, porque escribir era la única forma que tenía de decir las cosas. A mis viejos. A mis amigos. A todos. Porque mis "che, leíste la columna de z?" no eran inocentes. Eran casi como un grito de "entendé que esto es una mierda pero no tengo ni puta idea de cómo salir"  

La escritura era para mí una especie de grito. Bah, lo sigue siendo. Pero aprendí que no es el único grito que hay que dar. 

giovi 1-inestabilidad emocional 0

escuchar "no nada" a las 3 am y vivir para contarlo
fav rt imprimir pegártelo en la cara pedazo de nazi 


martes, 12 de agosto de 2014

alta

-creo que es la primera vez que estoy realmente bien, y además no estoy pendiente de nadie
-eso es bueno, porque podés empezar a estar pendiente de vos misma

sábado, 2 de agosto de 2014

sumo giran

YO QUIERO CRUZAR CON LA BARRERA

rompe las barreras
es un paso grande en la ruta de crecer
entre el porro y la bossa nova hay un puente hermoso
escribo para escribir
escribo para escribirme
-para narrarme-

escribo para ser
escribo porque soy

escribo porque me gusta leerlo en voz alta
y sentir como todo se va en ese instante
todo es efímero
-o infinito-

escribo ahora porque nunca tragué tanto humo en mi vida
escribo porque de repente descubrí otro mundo
escribo para descubrirme

escribo para dejar algo
escribo para leerme
escribo para mí
escribo para vos
escribo para la nada misma
o el todo

escribo para las circunstancias
escribo por las circunstancias
escribo por el tiempo

escribo porque si no escribo* moriré
escribo porque si no olvido moriré
escribo para olvidar. Me.

martes, 29 de julio de 2014

Lo primero que se te venga a la cabeza

Lo primero que se te venga a la cabeza
Y yo me voy
Hace mucho que no escribo
No sé para que
Pienso
O sí sé
Porque saber es pensar
Y no saber también
Y olvidar
Goles rosas
Cuando vamos a superar el mundial?
“Me cuesta soltar” dijo mi hermana
Que difícil
Soltar
Soltarse
Solt(arte)
Es muy lindo ver como las conjugaciones terminan con arte
Callate  jipi fuma porro que escribe cosas sin sentido
es para hablar con ellas
gesell con ellas
cámara gesell
que invento más turbio y efectivo

A lo lejos
Ruido
Vos
Yo
Nada

De cataratas 
espacios tensos
yo
superyó
mi psicóloga me felicitó
a lo lejos
y yo me voy

jueves, 29 de mayo de 2014

Me estuve autostalkeando y me dí cuenta que a lo largo del tiempo cambió un montón mi forma de escribir.

AH MIRÁ

igual encontré un texto re benedetti y me re quiero

bueno mejor me voy a dormir

miércoles, 28 de mayo de 2014

Soy #3

Soy una cita textual leída en voz alta
Soy las ganas de hablar de todo, todo el tiempo
(soy las ganas de hablar de amor entre botellas de alcohol)

Soy ese "a vos no te importa nada" que tanto me importó
Soy pensar todo 3048320 veces
Soy la que si no está en confianza, termina pareciendo una pelotuda
-no es miedo a confiar, pero no sé, me cuesta soltarme y termino hiperventilando-

Soy lo que los otros hicieron de mí
-mentira, soy mis decisiones de mierda-

Soy una canción que antes interrumpía a la mitad
Soy esa canción cantada otra vez

Soy esas bandas que nunca más voy a escuchar
Soy esas bandas que nunca más vas a escuchar

Soy coiffeur un día de otoño
Soy La invención de la noche un día de lluvia

Soy lo que no sé si soy
Soy quilombo y armonía.

No me bastan estos días de insulsa tranquilidad.

No sé. No sé bien qué pasa. En realidad no sé bien cómo llegué acá. No sé bien qué es "acá". No sé bien cuando me convertí en esto. Bah, lo que no sé es si me convertí en algo o si siempre fue así. No. No fue siempre así. Pero ahora tampoco sé bien cómo es. Y la incertidumbre es una paja, siempre es una paja. Siento que estoy como a oscuras, intentando encontrar algo que tampoco es certero, preciso. Algo que tampoco sé si existe. Pienso mucho todo. Eso siempre lo hice, es cierto, pero siento que antes sacaba mejores conclusiones. Siempre fui una enroscada, eh, pero enroscarse y encima vivir en una incertidumbre constante agrava un poco más todo. 

Y para colmo estoy de mal humor, duermo poco. Bah, siempre dormí poco. Creo que lo que me pasa es que muchas cosas que antes eran normales y no me afectaban, ahora me empiezan a afectar. Como si el hecho de haber abandonado los problemas más graves me hubiese llevado a ocupar mi tiempo en banalidades. Porque claro, antes las prioridades eran otras. Respirar, por ejemplo. Algo que ahora me parece cotidiano. Pero sé que en algún momento no lo fue, eh. Lo tengo bien claro. Pero no sé, es todo muy monótono, muy oscuro, muy...ambigüo.

No sé, es raro. Todo es raro. Pero no es esa rareza linda, esas rarezas que son sorpresas. Es malo. Pero tampoco sé si es tan malo. El tema es que no sé. No sé nada, no entiendo, no te entiendo, no entiendo a nadie. Estoy perdida, no sé bien en dónde, en qué, en quién. No sé si estoy perdida en un lugar, en un objeto, en una persona. Postergo responsabilidades más de lo normal. Me escapo todo el tiempo pero no sé de qué. No entiendo por qué me escapo si no hay nada de qué escapar. 

miércoles, 14 de mayo de 2014

- no entiendo de qué te quejás
- de eso
- ¿de qué?
- no sé

lunes, 12 de mayo de 2014

Olivia tenía razón.

Creo que es como me dijeron el otro día entre discos del flaco y humo de cigarro. Que es eso. Una herida que está ahí. Que yo decidí que esté ahí. Que aunque esté todo bien, no lo está, porque no le di tiempo a cicatrizar. Entonces sigue ahí, a veces no pasa nada pero a veces sentís como si algún enano sádico hijo de puta te estuviese pinchando la herida, no sé. Y empezás a entender un poco más a esa gente que un día se borra, de la nada. Que "corta de raíz". 

Porque las cosas no son tan simples, sería genial que lo fueran. Porque aunque intentes que esté todo bien, no está todo bien. Porque para que esté todo bien primero tenés que saber que estuvo todo mal. Bah, no. Ya sabés que estuvo todo mal. Sos consciente de en qué momento tocaste fondo y sabés que no estás ahí, que avanzaste. Pero tenés que poder salir un poco de todo y correr. Sin un destino, simplemente correr. Dejar que pase el tiempo. Y algún día vas a poder pararte, mirar hacia la nada (o hacia el todo) y decir: cicatrizaste, hija de puta. 

martes, 22 de abril de 2014

Pink Freud. Vol. 4

-No sé, fue un día más. Últimamente todo es así, como... rutinario, monótono.
-Bueno, bienvenida a la vida. En general todo es monótono, está en uno mismo hacer que no sea "un día más"

domingo, 30 de marzo de 2014

Sal con una chica que lee (Rosemary Uquico, en respuesta a Charles Warnke)

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.



Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

Sal con una chica que no lee (Charles Warnke)

Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada.
 Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.


Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

sábado, 22 de marzo de 2014

No hay nada más horrible que intentar hacer una canción y que no te salga. No, lo peor es que tengo un par de letras, tengo un par de armonías pero no puedo unirlas. Hay algo en el medio que me está faltando y no sé bien qué es. Qué paja. 

martes, 18 de marzo de 2014

Queremos tanto a Julio.

Creo que en parte lo valioso de Cortázar, o por lo menos lo que me pasa a mí al leerlo, es que me genera una sensación de entender todo pero al mismo tiempo no entender nada. Será algo en su forma de escribir -por cierto, quiero decir que para mí escribe un toque mal, vengan de a uno-, no sé bien qué, pero me pasa eso. Entiendo lo que estoy leyendo, diría que hasta lo hago propio, pero probablemente si me pidieran analizar a Julio, se me haría muy difícil. Creo que él mismo se definió: "la verdadera explicación, sencillamente, no se puede explicar"

sábado, 15 de marzo de 2014

-¿Y si no pasa nada?
-¿Y si pasa todo?

lunes, 10 de marzo de 2014

Soy #2

Soy una canción sin escribir, un disco sin grabar.

Soy la memoria de mi vieja, soy el amor por los libros de mi viejo

Soy la que odia hablar de futuro
Soy la que mantiene esa imaginación de infante y proyecta 21903812093 situaciones

Soy la incapacidad de exteriorizar de mi viejo
-empiezo a creer que ese es uno de los motivos por los que mi hermana y yo elegimos la psicología-

Soy la que escucha cualquier banda y se caga en las contradicciones
-no tanto-

Soy El principito leído 10 veces
Soy El principito leído una vez más.

random 8

me arden los ojos y debería ir al oculista
-siempre me acuerdo de cuando maite me dijo que iba a ser una treintañera con anteojos hipsters que tocaba en bares-

nada, no sé
mañana empezamos las clases y es quinto y blabla esas pelotudeces
así que toda persona que me hable del futuro recibirá balazos
-¿qué vas a seguir? -psicología (pero voy a ver qué onda con la guitarrita)

le tengo que decir a mi hna para ir a ver a perotá
y a zaz

tocan las pastillas en el malvinas!!111 igual no

estas vacaciones iba a pintar mi cuarto y cambiar los muebles
no hice ninguna de las dos cosas


sábado, 8 de marzo de 2014

irme con vos

Si interesa te puedo contar lo que me pasó cuando tenia quince, creía que el amor era más grande que yo. 

[Espero no haber dicho eso antes. Pero en este canto no sé a quien canto

no comprés que tengo acá

mirando el lyric video de queso comiendo un sambuchito de madness

ah no pará, al revés
el otro dia pase de muse a kapanga porque doroga

jueves, 6 de marzo de 2014

BUEEENA EMO NOSTALGIA

2011

Porque ya sé que era harapos. Que tenía una rasta, que tenía una banda de reggae y pensaba que éramos lo mejor del mundo, que me vestía mal. ¿Pero sabés lo que pasa? Estaba convencida de que lo que estaba haciendo estaba bien. Escribía una canción y sentía que podía cambiar el mundo. Leía a Galeano y creía en las utopías, quería llevarme el mundo por delante. Pero lo que más extraño, es que creía realmente en lo que hacía. Que más allá de lo que después pasó, en ese momento, en ese preciso instante, en ese presente, sentía que podía hacer lo que quisiera. 

Y hoy no me pasa, o me pasa menos. No me pasa casi nunca. Creo que son contadas con una sola mano la cantidad de veces que me pasa ahora. Me pasa cuando leo algo sobre psicología, me pasa cuando escribo una canción. Y alguna que otra vez. 

Eso extraño. Estar convencida de que lo que estoy haciendo está bien. No sé bien cuándo me convertí en un container de dudas. 

las palabras desgastadas

"Si algo sabemos los escritores es que las palabras pueden llegar a cansarse y a enfermarse, como se cansan y se enferman los hombres y los caballos" 

ay julito...

miércoles, 5 de marzo de 2014

-¿Alguna vez te pasó? 
-¿Qué? 
-Eso. Sentir culpa pero no saber bien por qué. 
-No, la verdad que no ¿Sabes por qué?
-No.
-Porque no existe. La culpa siempre es por algo. Sentimos culpa para reafirmar que no somos perversos. La culpa siempre es por algo. Cuando no sabes por qué es, es porque es una culpa infundada.
-¿Culpa infundada?
-Sí. Culpa que te pasaron los demás. Te hicieron sentir que lo que hacías estaba mal, pero no. No está mal. No hay nada incorrecto en hacer lo que sentís. Grabátelo en la cabeza. 
-Sí, puede ser eso. No sé, mañana vuelvo a terapia. 

martes, 4 de marzo de 2014

En serio, me tengo que calmar con las cosas que sueño. Inconsciente inmanejable y la puta que te parió ♥

sábado, 1 de marzo de 2014

"No me entrego desollada" @ Silvina Giaganti

No sé si lo sabías pero cuando te vi parada en la esquina de Córdoba y Gascón se me alteró de golpe la composición del cuerpo. Estabas con tres amigos y tenías una botella de cerveza chica en la mano, yo llegué y me paré a la izquierda de la entrada de Dasein, hasta que te acercaste a la puerta y entré al lugar mirándote de refilón. Cuando las organizadoras del evento me pasaron los más de sesenta textos para hacer una selección me hipnotizaron los tuyos. Eran dos, uno hablaba de perros y el otro de una moto, de líneas que fugaban por acción de lo veloz y de galgos desamparados. Estaban escritos con la ausencia de estridencia y con la frescura de una persona que imaginé bella. Te busqué en la red social, vi tu foto de perfil sentada en el pasto y mirando para abajo y confirmé que eras hermosa. Y te pedí amistad.

No sé si lo sabías, pero cuando subiste al lugar montada en esos borceguíes negros por esa escalera de madera oscura y crujiente y abandonaste el frío inesperado de la calle, inapropiado para ese sábado 21 de septiembre, una hora después de subir yo, y nos presentaron y quedamos a cuarenta centímetros una de la otra, te hablé y sentí mi voz disolverse como una barra de cera en el fuego, expandirse las pupilas de mis ojos como algas en el agua, y mientras me reacomodaba en la incomodidad de hablarle en la cara a alguien que me gustaba mucho, nos empezamos a sonreír bajando la bandera de largada a una coreografía visual que no paró de integrar escenas durante toda la noche. Hablamos de tus poemas, de cómo quedó colgada la muestra, en el medio te presentaron a otras personas y a mí me regalaron un libro de Scott Fitzgerald, El precio era alto. Me compraste una coca y cuando te la quise pagar me dijiste que te la salde invitándote más tarde una cerveza.

No sé si lo sabías, pero cuando se estaba haciendo tarde y la fiesta se estaba terminando y la banda de chicas que tocaban ukeleles había dejado de tocar, y yo había hablado con algunas amigas de que te iba a encarar y salí al patio para ir al baño y tomar el aire fresco necesario para devolverte la cortesía de la coca con una cerveza y con una invitación a que gustes de mí, nos cruzamos de nuevo y la cerveza me la pediste vos. Te dije: “Ahora vuelvo, esperame”, fui a comprar la cerveza de litro de la única marca que quedaba y me dieron el envase con dos vasos gigantes de plástico transparente. Entré y esta vez nos hablamos a veinte centímetros, y te dije mirando primero la camisa escocesa de friza que tenías puesta y después tus ojos: “Me gustás”; entonces vos me preguntaste: “¿Sí?, ¿y qué hacemos con eso?”; yo te respondí “todo” con los ojos, y dos horas y media después de pasarte mi dirección por celular, de terminar de jugar al ping pong y vos bailar electrónica en un boliche del microcentro, nos mensajeamos y nos tomamos cada una un taxi, nos encontramos en mi casa, nos besamos, hicimos el amor, escuchamos Victorialand de Cocteau Twins dos veces, y a la mañana siguiente te preparé el desayuno con mate dulce y pan de salvado doble con manteca que comimos en la barra, mientras tus gestos buscaban argumentos para no enamorarte.

No sé si lo sabías pero hace casi cinco meses que el amor nos transformó y que siento que el mundo tiene arreglo. Que abro los ojos pensando en vos y que hace dos sábados te compré un regalo porque te extrañaba demasiado. Que todos los regalos que te hice intentan ser la narración en forma de objetos de nuestra historia de amor. Que ir al cine y agarrarnos de la mano por primera vez en la oscuridad me hizo sentir arriba de un auto que vuela. Que me gustas más que todas las endorfinas que produce mi cuerpo. Que nuestra relación tiene vocación de recuerdo inolvidable. Que no cumplís con mi tipo porque lo vivís rebasando. Que nunca vi unos ojos como los tuyos. Que no tenía ganas de hablar de amor hasta que te conocí.

Pero no sé si sabías que no vengo con la marca de un lunar de nacimiento, sino con la de una abolladura. Que me gustan las películas de guerra porque los soldados hablan corto e importante porque saben que pueden morir en cualquier momento. Que las películas de amor suelen ocultar que a veces en la vida te bombardean con napalm. Que no sé soportar la dependencia y aprendí con pericia a tenerme a mí misma. Que mis brazos y mis piernas son todo lo que tengo, y todo lo que tengo cabe en ellos, y que mi boca es filosa como un cuchillo de cerámica y que a veces me preguntó qué estará cortando. Que mi brújula existencial está descalibrada. Que no dejo que nadie me suba la bicicleta por la escalera y que no pido ayuda aunque sé recibirla. Que me gusta la soledad como me gusta el whisky y la música country. Que no me da miedo mirar la forma que adquiere un precipicio y que el perdón más importante es el que se da uno a sí mismo. Que Poxi, mi perra, es mi compañera, que me imagino con ella hasta en un paisaje apocalíptico como el de La carretera. Que es poco lo que tengo porque todo es transitorio y que mi corazón pesa mucho como para sumar objetos. Y que tengo la fuerza de las plantas de los pies de un atleta africano. Que me encanta estar con vos y también jugar al fútbol con mis amigas, leer libros de madrugada antes de caer rendida y cocinarme una comida rica y sentarme en silencio para comerla. Y que el nuestro es un paréntesis que podría no haber sido.

El amor es un relato que nos deja a la intemperie, a estar expuestas al destino de fracasar, porque el amor, a pesar de estar hecho de la materia del deseo, está libre de él y hace lo que quiere con nosotras. Porque sabemos bien que a pesar de San Valentín y su ejército voluntario de corazones biempensantes, de corazones con relleno Bon o Bon, todo amor es un amor ya perdido, todo amor es un amor que se ejercita en la angostura de una cornisa sobre un paisaje vacío de 360 grados. Porque si bien alguien dijo que amar es vivir en la temperatura de la eternidad, sabemos que el amor es aquello que no puede detenerse para evitar que se pierda. Por eso no me ofrezco en carne viva ni me ofrezco desollada, me ofrezco reafirmando mis potencias y sabiendo que soy por mí misma narrada. Porque podemos dejar de amarnos pero no podemos dejar de narrar ni de narrarnos.

El lunes me dejaste y la vida sigue, y las cosas no “pasan”, se acumulan todas. Y a ellas y a todo sobrevivimos. Porque todo lo que nace separado muere de la misma forma. Y voy a llorar por eso un rato, pero después me voy a parar como un ternero recién nacido y voy a continuar mi camino.

Cómo se pasa al lado

Los descubrimientos más importantes se hacen en las circunstancias y los lugares más insólitos. La manzana de Newton, mire si no es cosa de pasmarse. A mí me ocurrió que en mitad de una reunión de negocios pensé sin saber por qué en los gatos -que no tenían nada que ver con el orden del día- y descubrí bruscamente que los gatos son teléfonos. Así nomás, como siempre las cosas geniales. 
Desde luego, un descubrimiento parecido suscita una cierta sorpresa, puesto que nadie está habituado a que los teléfonos vayan y vengan y sobre todo que beban leche y adoren el pescado. Lleva su tiempo comprender que se trata de teléfonos especiales, como los walkie-talkies que no tienen cables, y además que también nosotros somos especiales en el sentido de que hasta ahora no habíamos comprendido que los gatos eran teléfonos y por lo tanto no se nos había ocurrido utilizarlos. 
Dado que esta negligencia remonta a la más alta antigüedad, poco puede esperarse de las comunicaciones que logremos establecer a partir de mi descubrimiento, pues resulta evidente la falta de un código que nos permita comprender los mensajes, su procedencia y la índole de quienes nos los envían. No se trata, como ya se habrá advertido, de descolgar un tubo inexistente para discar un número que nada tiene que ver con nuestras cifras, y mucho menos comprender lo que desde el otro lado puedan estar diciéndonos con algún motivo igualmente confuso. Que el teléfono funciona, todo gato lo prueba con una honradez mal retribuida por parte de los abonados bípedos; nadie negará que su teléfono negro, blanco, barcino o angora llega a cada momento con un aire decidido, se detiene a los pies del abonado y produce un mensaje que nuestra literatura primaria y patética translitera estúpidamente en forma de miau y otros fonemas parecidos. Verbos sedosos, afelpados adjetivos, oraciones simples y compuestas pero siempre jabonosas y glicerinadas forman un discurso que en algunos casos se relaciona con el hambre, en cuya oportunidad el teléfono no es nada más que un gato, pero otras veces se expresa con absoluta prescindencia de su persona, lo que prueba que un gato es un teléfono. 
Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin responder a las llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del otro lado de esa línea que una cola trémula se hartó de mostrarnos en cualquier casa del mundo. ¿De qué sirve y nos sirve mi descubrimiento? Todo gato es un teléfono pero todo hombre es un pobre hombre. Vaya a saber lo que siguen diciéndonos, los caminos que nos muestran; por mi parte sólo he sido capaz de discar en mi teléfono ordinario el número de la universidad para la cual trabajo, y anunciar casi avergonzadamente mi descubrimiento. Parece inútil mencionar el silencio de tapioca congelada con que lo han recibido los sabios que contestan a ese tipo de llamadas.


viernes, 28 de febrero de 2014

soñe que ibamos a slb y compraba ferne

listo chau me voy a morir por goma
bueno, inaugure un nuevo coso de etiquetas (?) que se llama "textos puan", que claramente tiene textos medios jipis o los que consideré que estaban más buenos

Andábamos sin buscarnos

¿Sabés? creo que disfruto esto de perderme en la calle. De caminar sin rumbo alguno. O caminar con rumbo, pero no sabiendo dónde está. Pero lo que más disfruto es consultar a desconocidos. Me gusta encontrarlos distraídos, en su rutina. La misma calle, el mismo colectivo, la misma pelea con esa pareja que no saben bien por qué mantienen, el mismo trabajo de mierda pero claro, hay que mantenerlo para poder costear el departamento para fumar porro en paz. Y ahí van como pilotos automáticos, como un cuento de Benedetti en Montevideo pero con menos magia, con menos amor, con menos todo.

Y de repente -"La calle Urquiza, ¿Sabés para dónde es?- Paf. Se detuvo todo. El colectivo, la pareja que mantienen por el miedo a la soledad, el trabajo, el departamento, su jefe forro, el porro. Piensan rápido, elaboran un mapa mental con retazos de las calles que alguna vez pueden haber circulado. Intentan llegar al preconciente, ese que es como un plan b de la conciencia. Logran soltar un "creo que es para allá". 

Pero lo que ignoran es que están dando información a una terca, que cree saber para dónde tiene que ir y que su máxima preocupación es que la puta madre, este libro de mierda debe pesar 3 kilos, quién me manda  a leer a Julio y su verborragia. Julio y sus frases subrayadas. Y ella sigue para donde cree que tiene que ir, pensando en el libro, en las despedidas, en las cosas nuevas, en el ipod sin batería que tuvo el tupé de apagarse en ¡Qué mala suerte! (¿fue una señal, aparato del infierno?). Y sigue caminando y se da cuenta que no, que está mal. Que es para el otro lado. Se para en seco, intenta disimular su estupidez y vuelve a desandar camino. A encontrar una rubia en una parada de bondis, y -¿Sabés si va a belgrano y jujuy?-.  -"Sí, creo que sí, total va todo derecho".- Y retoma las mismas calles, el mismo bondi, pero no tiene ni pareja, ni trabajo, ni departamento. Lo otro sí. 

jueves, 27 de febrero de 2014

Madura el nocaut.

Y estás ahí, como en un round. Es rara la sensación. Sabés que tenés que pegar, tenés que hacer algo porque sino vas a recibir una piña. Y sabés que una de esas piñas pueden dejarte dando vueltas. Pero primero intentás hacer movimientos defensivos, no sabés bien para qué. Tal vez sea mejor esperar y dar el golpe justo, en lugar de tirar 394032 piñas al aire. 

Te encontrás de repente buscando trucos. Trucos que no conocías, que nunca necesitaste conocer porque antes era todo más fácil. No había tanto problema. Las cosas fueron claras, me pasa esto, te pasa lo mismo. Listo. 
¿Era todo más fácil?

 Tal vez el problema estuvo ahí, qué se yo. Tal vez justamente lo interesante del juego es jugar. Es ese "juego absurdo" del que hablan en el corto de piroyanski. Y caés en la cuenta de que no te permitiste jugar. Nunca. No sabés bien por qué. Pero ahora sí querés jugar, porque vivir es jugar, porque querés volver por el resto. Y ya no esperás que venga la piña. Ya no hacés movimientos defensivos. Porque entendiste que, como dijo un sabio por tu inercia pasional, durmiendo no aprendés nada. 

Vení, volá, sentí. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Pink Freud. Vol. 3

-¿Pero qué es no querer ilusionarse?
-No sé, querer que el golpe contra la pared duela menos
-Pero me parece que lo ilusorio es eso. Lo valioso de la ilusión es justamente el entusiasmo, la curiosidad, las ganas de conocer. Y lo ilusorio en algún momento se va a caer.

random 7

volví!!!111

Bueno, pasaron muchas cosas, creo. Medio que pierdo un poco el criterio, ¿las cosas que se repiten como ciclos cuentan como cosas nuevas o es más de lo mismo?

Pero lo importante es que más allá de lo cíclico, pasaron cosas nuevas
cosas lindas


Creo que las caminatas por la playa escuchando música me salvaron un toquesín la vida
(sí, estoy UN POCO jipi)

está mal reincidir en ciertas bandas? espero que no, es por una buena razón

leí un libro nuevo, "la historia del loco". Zarpadísimo. Leí 500 pags en 4 o 5 días.
Y me dieron ganas de hacer noche de birras y psicoanálisis con mi hermana, pero creo que ahora se va a neuquén y me cabió

voy a releer el libro de los abrazos
(perdón, julito. Los premios pueden esperar)


Creo que entendí tu lógica. Quisiste ir por más, o pensaste que estabas yendo por más.
Ahora ya no me jode, no me duele, eh. Me chupa un huevo.
Es el sentimiento más horrible la indiferencia.
Porque el amor, el odio, implican gasto de energía, implican esfuerzo. La indiferencia no.

Pero no quiero hablar de eso, estoy en otra canción. Para mí siempre hay otra canción.

miércoles, 29 de enero de 2014

-Lo encontró. 
-Che no, tal vez fue una coincidencia.
-Qué mala suerte, no es casualidad. Claramente lo encontró.
-Bueno, sonría lo estamos leyendo.
-Habrá que desempolvar el disfraz de valiente y salir a tropezar. Habrá que encomendarnos a esa nada que dejamos mañatada cuando todo nos salió. 
-Bueno.

martes, 28 de enero de 2014

El otro día estaba pensando en lo jodido que son las relaciones humanas. UOOO SOS UNA CAPA EH, NADIE SE HABÍA DADO CUENTA ANTES. Pero me puse a reflexionar acerca de las relaciones que no funcionan simplemente por no coincidir. 

Ojo eh, no estoy hablando de suerte ni nada que se le parezca. Estoy hablando de ciertos códigos que dos personas tienen que compartir para mantener una relación. Hasta diría que es casi ideológico. Todos tenemos una ideología acerca del amor, acerca de lo que nos parece que está bien y lo que está mal. Y es ahí donde tenemos que buscar coincidencias con otras personas. 

Y no quiero sonar sensacionalista, pero creo que si en eso no coincidimos, es imposible poder llevar a cabo nada. Y es bastante simple, eh. Es básico. Por ejemplo, creo que una persona que concibe a los celos como una señal de amor, no puede relacionarse con una persona que los concibe como una señal de inseguridad. O mejor dicho, puede hacerlo pero tarde o temprano va a traer consecuencias. Porque no es simplemente una concepción, es una ideología estructural sobre algo. Creo que esas pequeñas cosas te dicen cómo es una persona. 

Los libros, las películas, los discos, las bandas; eso va y viene. Podés coincidir o no, puede estar buenísimo coincidir o puede estar buenísimo hacerle conocer nuevas cosas. Pero si no coinciden en la estructura, en los códigos básicos, es muy difícil que funcione. 

lunes, 27 de enero de 2014

No entiendo por qué mi blogs de repente tuvo tantas vistas y me da miedo. HOLA!!!11
Ahí es cuando te das cuenta lo que es EL KARMA. ES REALMENTE INCREÍBLE. NO LO PUEDO CREER. VOY A ESTUDIAR NUMEROLOGÍA KEEEE. Nono en serio es increíble. Basta me voy a dormir tengo la cabeza quemada.

miércoles, 15 de enero de 2014

-Explicame por qué.
-Qué se yo. Quería completar el "combo tristeza", hacer todo de una y ya está.
-QUERÉS AGRbueno me calmo que con eso también estás sensible. Pero abrir la caja de pandora, ¿no te parece un poco mucho?
-¿Sabés que creía que sí? Pero pasó algo raro.
-Sisi re raro llorar tomando fernet.
-No, todo lo contrario. La caja de pandora me ayudó a eliminar un poquito la memoria selectiva.
-¿Eh?
-Claro. Yo añoraba un ideal que sabía que no era, pero que había construido con memoria selectiva. Pero la caja de pandora me demostró las cosas tal cual fueron. Entonces no lloré más, bah mejor dicho no lloré. Entendí todo. 
-Listo, a otra cosa. A escuchar "a la próxima", o "tanto tiempo". 
-Ponele.
¿cuanto dura el duelo? ¿depende de uno?  yahoo respuestas

martes, 14 de enero de 2014

Lo bueno de estar mal es que tenés menos hambre y estás más creativa. ¯\_(ツ)_/¯
-Volvieron.
-Y? Que hiciste?
-Nada. Intente respirar hondo y controlar el pulso. Mucho no podés hacer. Y volvio esa cosa extraña con los dientes.
-Que por agosto/septiembre era recurrente?
-Sí. Prosegui a salir de toda red social excepto twitter.
-Bueno. Acordate.

No sé qué relación existe entre estos dos textos pero yafu

Jodida. Jodidísima. Terca. 

Es como la escena esa de breaking bad en la que la mina le pregunta "¿por qué fue tan bueno?" y white responde "porque es ilegal". 

Sabés que consciente o inconscientemente te planteás ciertas cosas como prohibidas. Porque sabés que eso es lo que te atrae, la concha de tu madre. Te planteás las cosas como "lo que no tengo que hacer". Y obvio, ahí vas. Hacia lo que no tenés que hacer. Porque encontrás cierta satisfacción en lo que no tenés que hacer. Mentira. Eso es lo peor. Que no sentís satisfacción, sentís culpa. Si sintieses satisfacción serías una perversa. Pero no, como todo neurótico común y corriente, sentís culpa. 

¿Cómo carajo iba a estar todo bien si habían matado al amor?
Perdón, vuelvo. Colgué sirviendo fernet. Creo que voy a terminar siendo alcohólica.


Tenés que aprender a soltar. A dejar de plantear las cosas como prohibidas. O por lo menos, planteá como prohibidas las que no conocés. Lo que ya conocés no es lo prohibido, es lo dañino. Nada está prohibido, cada uno se hace cargo de sus elecciones. Es como la gente que dice "el amor me hizo así". Las pelotas. El amor no te hace así. Ningún sentimiento "te hace así". Los sentimientos dejan ver cosas tuyas que estaban ocultas. El amor probablemente sea el sentimiento más importante, y precisamente por eso saca lo que más oculto tenías. Iba a decir que saca "lo peor de vos". Pero no sé si saca lo peor. Saca lo mejor y lo peor, pero justamente es eso. No crea cosas, sino que las hace ver. 
¿Cuántas veces vemos gente que "cambia" por estar en pareja? apuesto bocha de guita a que siempre le echamos la culpa a su pareja. "tal persona lx hizo cambiar". ¿Cuántas veces nosotros mismos nos introducimos en esa lógica, pensamos que una persona nos cambió? ¿Tan manipulables somos? Nadie nos cambia. Nosotros cambiamos. Nosotros elegimos cambiar. Nosotros nos hacemos cargo de nuestras elecciones. Pero es mucho más fácil echarle la culpa a alguien ajeno antes que aceptar la mierda propia. 



Montaña rusa.

Y avanzaste, eh. Sabés que avanzaste. Sabés que abandonaste el limbo emocional, la meseta. Que retomaste vínculos que no estaban perdidos pero que necesitabas prestarle más atención. Pero un día plaf. Chau. A otra cosa. La montaña rusa. 

Estás en un juego de mesa y caíste en ese casillero que te hace retroceder. No del todo, eh. Pero retrocedés. Sabés que podrías apretar el acelerador y seguir, pero no es lo mismo. El retroceso ya está ahí. Sabés que hacía días, meses que no escuchabas zabo. Sabés que hacía meses (años?) que no escuchabas "lo que nunca te dije". Pero ahí estás. Plaf. Casillero equivocado. 5 casilleros para atrás. Ahora está en vos. Sólo en vos. Podés elegir bien y avanzar, no repetir pasos tristes, o podes volver a caer en ese casillero de mierda que te hace retroceder. Pensá bien. Muy bien. Empezá a correr. 

Porque no pego una, vivo en la luna, soy como un chico. Que no puede dormir a la noche y se escapa un ratito a cualquier parte.
-El cuarto verso de "para mí" a partir de que empieza a cantar Ciro. Sólo eso voy a decir. 
-A veces me da miedo que seamos tan iguales.

lunes, 13 de enero de 2014

-Leí diminuto y no lloré.
-Bien, algo es algo.
-Intenté tocar "no nada" y la interrumpí.
-Otra vez llorando a la mitad de una canción? bien vos
-No. Me olvidé la letra y me empecé a cagar de risa.
-¿Fin de temporada?
-Sí. Sin especial de navidad ni nada de eso.

domingo, 12 de enero de 2014

Para eso, sirve para caminar.

Che, tanto tiempo ni ahí es triste. Es utópica. No le veo la tristeza. Obvio, para las personas que creen que encontraron a quien cantarle puede sonar triste porque tal vez se equivocaron, porque siembra la duda. 

Pero creo que nunca la vamos a encontrar, ahí reside lo lindo/horrible. Es más, tanto tiempo es una lista hermosa que hacés para encontrar una persona que cumpla los requisitos, hasta que llegue y te haga mandar esa lista al carajo. Es irracional. Es amor, justamente escapa a toda lógica. 

Y cuando sentís que no llega, tal vez sea hora de dejar de estar atento a ver si el viento te trae a esa persona, y salir a buscarla. Porque esperando cómodamente sentada es muy difícil. Es el error. 
-Ella no supo ser Julieta, él nunca quiso ser Romeo.
-Tan así.
-Mi displiscencia agotó tu voraz fantasía.
-Bueno se entendió. 
-Calló la resolución en el resguardo de un gran varón que la amó sin titubeos.
-¿Le dio un golpe visceral?
-Ponele. Pero no ensanchó ninguna cicatriz.

lunes, 6 de enero de 2014

-Si tanta gente te dice que es difícil, por algo es.
-Lo que no entienden es que cuánto más me dicen eso, más ganas tengo de lograrlo. 
-¿Seamos realistas y hagamos lo imposible?
-En puntas de pie. 

Todo este tiempo vivido me sirve de ejemplo para no volver a caer

Varias veces me encontré diciéndole a mi psicóloga que no era justo. Que era desigual la división. Que sentía que había perdido. Y después entendí lo absurdo que era eso. No hay justicia, no hay "distribución de la riqueza". Te tenés que conformar. Bah, no sé si la palabra es esa. Creo que es aceptar, entender. Poder vivir con esa aparente injusticia que en realidad no es tal.  Es como la canción de turf, que dice "me preguntaba lo que había dado y lo que me habían dejado. Me respondieron que en la vida hay que aceptar

Y creo que le pasa a todo el mundo, eh. Parte del dolor, del odio es por eso, por ese sabor amargo de sentir que estás presenciando una injusticia. Cuando entendés que no hay justicia, entendés que no perdiste. Que fue más como un empate técnico. 



No tengo ni la más puta idea.

domingo, 5 de enero de 2014

2014

No hice balance del 2013. Es la primera vez en un tiempo que no lo hago. Creo que es porque ya sé que fue una mierda, y sabía que de una forma u otra me las iba a ingeniar para hacer un buen balance. No sé bien cómo lo hago, eh. Será por esa creencia estúpida/genial de que todas las cosas malas sirven como aprendizaje para saber a dónde no tenés que ir. El problema es que después de un tiempo leo los balances y digo "qué boluda, por qué le puse tanta onda a este año de mierda?". Así me pasó con el 2011, creo.

Es raro, el 2014 empezó demasiado bien. Hágase énfasis en el "demasiado".
Y sí, para un discapacitado emocional es incómodo estar TAN bien. Algo no cierra, no estamos acostumbrados. Supongo que me tengo que dar tiempo para acostumbrarme. Creo que aproveché los últimos días de 2013 para tocar fondo, para terminar tomando ferné a las 5am escribiendo a lo loco. 2 textos escribí. Pero no los voy a publicar, no porque sean barderos ni nada de eso. Me parece que es al pedo, es seguir en lo mismo y ya me cansé de escribir siempre de lo mismo. Estoy en otra canción, se acabó. 

Este año es número par, lo cual ya me da bastante optimismo. Espero no fallar. 

Nada, no sé. Último año, cierre de etapas y todas esas boludeces que dice la gente cuando llega a quinto año.

Tenía un montón de ideas para escribir pero ya me olvidé, así que ya fue.