viernes, 22 de febrero de 2013

Entrega especial I


I

Joaquín Sandoval revolvía papelitos en el escritorio. Cosas intrascendentes, que anotaba para algún día tener en cuenta pero que, la mayoría de las veces, sólo ocupaban espacio. Últimamente no había tenido mucho trabajo, y había estado ocupando el tiempo libre reorganizando su oficina y escuchando a Piazzolla. Sus últimos casos lo habían tenido con insomnio. No había recibido ningún caso de maridos desconfiados, al contrario, había recibido una serie de casos sobre robos a bancos, que sin duda estaban entre sus crímenes preferidos.

Prendió la televisión. Las mismas banalidades de siempre. Pero de repente, un título de un noticiero le llamó la atención: “El asesino de los deliverys”. -¿El asesino de los deliverys? Estos tipos son medio pelotudos para generar zócalos-. Se dijo a sí mismo mientras se servía una taza de chocolatada. Sí, chocolatada.¿Acaso es sólo para purretes?

-Tengo que hablar con Rengato a ver si sabe algo. Después de todo, el robo de bancos fue resuelto por mí. Ese burócrata me debe una-, se dijo a sí mismo. Se vistió con lo primero que encontró, dejó comida para su gato Felipe y se dirigió a la comisaría.


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