Ese es el problema. Que sentís que es una injusticia. Que sabés que es una injusticia. Pero seguís ahí, inerte. Sin hacer nada, sin cambiar nada. Y a veces querés mandar todo a la mierda, no te importa, sabés que hay cosas que no querés recuperar, pero no es eso. Sabés que no es eso. El problema es otro. El problema es sentir que en la división saliste perdiendo. Que siempre salís perdiendo. Y lo peor sabés que es? Que parecés la que ganó. O eso deben creer. Que parecés la que sigue igual o mejor. Es como una especie de "y el oscar va" pero sin tanto odio.
Ponele.
Pero de repente un lunes a la madrugada te pones a pensar, a enroscarte, y sentís otra vez esa sensación horrible de que saliste perdiendo. Pero claro, siempre está el "vos no sabés lo que se siente", esa frase de mierda que busca comparar tristezas, como si la tristeza pudiese medirse en estadísticas, en gráficos y en la puta madre que te parió. A vos, a mí, a la injusticia y a todo. La puta que la parió a esta impotencia de mierda que aparece, así cada tanto y termina siendo miles de palabras por segundo, un teclado maltratado y un gato que tiene que escuchar monólogos del tipo "ay, que lindo sería ser vos y poder vivir independiente, tranquilo, que no te rompan las bolas"
Ya te voy a encontrar, impotencia de mierda. Y te juro que ni en pedo vas a quedar viva.
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