martes, 12 de marzo de 2013

Entrega especial VI



VI


Empezaba a anochecer en Buenos Aires. Sandoval seguía en la comisaría, y como si esto no fuera suficiente para ponerse de mal humor, se había quedado sin cigarrillos. Todos allí estaban con un humor de perros. Para colmo, Rengato descargaba su mal humor en López.

-A ver, López, traeme las fotos y declaraciones.

López obedeció, aunque estaba abatido.

-¿Cambia algo tratar como el orto al pibe?

-No me jodas, Sandoval. Además, actúa mejor bajo presión. No rompas las bolas.

López ubicó las fotos en una pizarra y le alcanzó al comisario las declaraciones.

- Repasemos las declaraciones. El dueño del primer negocio, declaró que
Manuel Retico salió a eso de las 9pm a repartir un plato de carne al horno. La dirección le sonó sospechosa, no sabía bien por qué. El pedido fue hecho por un hombre que, por la voz, parecía de unos 50 años. Los empleadores de Paulo Ferapi y Nicolás Sperly declararon algo parecido. El mismo modus operandi, la misma voz. Pero distintas direcciones.

La primer casa pertenecía a una serie de 5 duplex que eran alquilados por una señora mayor, Laura Algreibe. Declaró que esa casa había sido alquilada por un hombre de unos 50 años. Lamentablemente, no tenía contrato de alquiler, pero nos dio un nombre. “Se llamaba Sergio. Un hombre simpático. Pagó en efectivo por dos días. Me pareció un poco rara la cantidad de tiempo, ya que siempre quienes alquilan aquí lo hacen por más tiempo. Pero el hombre no me generó desconfianza”.

La segunda escena del crimen se parecía bastante a la primera. Alquilada. Lo que nos “esperanzó” fue que el dueño dio el mismo nombre: Sergio. Y dio una descripción, poco detallada pero descripción al fin.

La tercera escena del crimen fue un poco más arriesgada. Un hotel. Lógicamente, más arriesgada por el hecho de que “Sergio” no estaba solo: tenía muchos vecinos, osea, testigos. No sólo eso, sino que también debía inventar un nombre y tener documentación falsa para poder anotarse en el hotel.

Se anotó como “Jorge Perr”, las documentaciones parecían auténticas y así logró pasar desapercibido.

Janrey, el dueño del hotel, declaró haber visto llegar a la tercera víctima, Nicolás Sperly. Éste dio el número de habitación y se dirigió allí. Nos pareció extraño que Janrey lo haya dejado pasar, en lugar de recibir él mismo la entrega. Pero declaró que así se lo había pedido Sergio. Luego de unos minutos, se alarmó al ver que Sperly no volvía, y se dirigió a la habitación. Allí encontró a la víctima, tal como la encontramos nosotros; y observó que la ventana estaba abierta. Sergio había escapado y se llevó consigo todas sus pertenencias, además de hacer una limpieza intensiva del lugar.

-Por lo que nos cuenta acerca de la tercera escena, el asesino empezó a sentirse con más confianza. Ahora no solo los recibió en la puerta de su casa, sino que también se hospedó en un hotel, donde había muchos testigos. Esto nos dice que “Sergio” comenzó a tener más confianza en sus métodos, comenzó a sentirse un profesional.-exclamó Sandoval, un poco preocupado.-

-¿Y eso qué quiere decir?

-Rengato, no quiero sonar pesimista. Pero si el asesino está confiado, va a ser mejor que lo encontremos antes de que aparezca una nueva víctima.

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