Creo que es como me dijeron el otro día entre discos del flaco y humo de cigarro. Que es eso. Una herida que está ahí. Que yo decidí que esté ahí. Que aunque esté todo bien, no lo está, porque no le di tiempo a cicatrizar. Entonces sigue ahí, a veces no pasa nada pero a veces sentís como si algún enano sádico hijo de puta te estuviese pinchando la herida, no sé. Y empezás a entender un poco más a esa gente que un día se borra, de la nada. Que "corta de raíz".
Porque las cosas no son tan simples, sería genial que lo fueran. Porque aunque intentes que esté todo bien, no está todo bien. Porque para que esté todo bien primero tenés que saber que estuvo todo mal. Bah, no. Ya sabés que estuvo todo mal. Sos consciente de en qué momento tocaste fondo y sabés que no estás ahí, que avanzaste. Pero tenés que poder salir un poco de todo y correr. Sin un destino, simplemente correr. Dejar que pase el tiempo. Y algún día vas a poder pararte, mirar hacia la nada (o hacia el todo) y decir: cicatrizaste, hija de puta.
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