sábado, 29 de junio de 2013

Por eso niña te pido 
que no me guardes rencor, 
yo no puedo darte amor 
ni vos podés darme olvido. 
Yo sé que en cualquier descuido 
me iba a volear contra el suelo 
y aunque me ofrezcas consuelo 
yo no puedo aceptar; 
puedo enseñarte a volar,
pero no seguirte el vuelo. 

Yo no te puedo entregar 
un corazón apagado; 
cuando falla el del costado 
no hay nada que conversar. 
Hay una forma de amar
que es un modo de conciencia;
hay un amor que es paciencia
y otro que es sólo aromar. 
¿Cuál amor te podría dar 
quien amara tu inocencia? 

Cuando te vuelva a encontrar 
nos podremos sonreír; 
prefiero verte partir 
como te he visto llegar. 
Cuando vuelvas a pensar 
que una vez te conocí 
y que nomás porque sí 
te compuse una canción, 
cantará en tu corazón 

lo poquito que te dí.

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